La Historia del Huevo

Estabas yendo hacia casa cuando moriste.

Fue un accidente de coche. No particularmente notable, pero fatal, no obstante. Dejaste atrás a tu esposa y a dos hijos. Fue una muerte sin dolor. Los médicos intentaron todo lo posible para salvarte, pero fue en vano. Tu cuerpo estaba tan destrozado que fue mejor así, créeme.

Y fue entonces cuando me conociste.

-“¿Qué … qué ha pasado?” Preguntaste. “¿Dónde estoy?”
-“Has muerto”, te respondí con total naturalidad. No tenía sentido irse por las ramas.
-“Había un … un camión y estaba derrapando…
-“Sí”, dije.
-“Yo… ¿he muerto?
-“Sí. Pero no te sientas mal por ello. Todo el mundo muere”, te dije.

Miraste a tu alrededor. No había nada. Sólo tú y yo.

-“¿Qué es este luel huevogar?” Preguntaste. “¿Es el más allá?”
-“Más o menos”, te dije.
-“¿Tu eres Dios?” Preguntaste.
-“Sí”, respondí. “Yo soy Dios”.
-“Mis hijos… mi esposa,” dijiste.
-“¿Qué pasa con ellos?”
-“¿Estarán bien?”
-“Eso me gusta”, te dije. –“Acabas de morir y tu principal preocupación es tu familia. Eso es bueno”.

Me miraste con fascinación. Para ti, yo no me parecía a Dios. Parecía simplemente un hombre más. O posiblemente una mujer. Alguna vaga figura autoritaria, tal vez. Más parecido a un profesor de escuela primaria que al Todopoderoso. Continuar leyendo

¡Estoy Vivo!

Estoy vivo.

Si alguna vez has llegado a esta evidente conclusión, quizá sepas de qué voy a hablarte.

En los últimos meses he experimentado grandes cambios en mi vida, sin que en realidad me haya sucedido nada demasiado anormal o relevante, al menos según mi antiguo baremo de los acontecimientos.

El gran cambio no ha venido del exterior, sino de dentro, de mí, de mi mente.

Para ponerte en situación, hasta hace poco tiempo, solía vivir mi vida sin detenerme a pensar en que realmente la estaba viviendo, me conformaba con actuar según me pasaban cosas, la vida era una serie de acontecimientos que me venían dados por azar, y mi trabajo consistía en evitar posibles problemas, o solucionarlos si se daban, e intentar pasar algún buen rato mientras tanto.

Nunca me paré a pensar en la propia existencia en sí, en la suerte de estar viviendo esa existencia, en la suerte de estar vivo, y en la infinidad de posibilidades que el mundo tenía para ofrecerme.

estoy vivo

Quiero hacer aquí una pequeña reflexión. ¿Alguna vez te has detenido a pensar en la suerte que has tenido al nacer?

Puede parecer una tontería, pero para que tu nacieras, han tenido que darse millones de acontecimientos a lo largo de la historia, que han tenido que ser así y de ninguna otra manera, para que tu pudieras vivir lo que estás viviendo.

Las posibilidades de que tu nacieras, viéndolo si quieres desde un punto de vista de probabilidades, eran infinitesimales hace tan solo, por poner un ejemplo, 200 años. Tu padre tuvo que juntarse con tu madre, a su vez tuvieron que haberse juntado antes los padres de cada uno de ellos, a la vez los padres de los padres de cada uno de ellos, y así sucesivamente. Incluso tuviste la suerte o el acierto de ser el espermatozoide más rápido (¡enhorabuena!).

Viéndolo ahora desde esta perspectiva, ¿no crees que has tenido una gran suerte al nacer?

A esa conclusión llegue por lo menos yo, y decidí que debía aprovechar la opción que se me había dado. Continuar leyendo

¿Qué es La Felicidad Incondicional?

El otro día no sé como (la verdad es que nunca sé cómo) cayó en mis manos un PDF cortito pero muy interesante. Era el capítulo 15 de un libro titulado “El viaje más allá de ti mismo” en inglés. El capítulo se llamaba ‘El camino de la felicidad incondicional’ y quise traducirlo para que tú también pudieras leerlo, porque es genial:

qué es la felicidadEl camino espiritual más alto es la vida misma. Si sabes cómo vivir la vida día a día, todo se convierte en una experiencia liberadora. Pero primero te tienes que acercar a la vida de manera correcta, o todo puede ser muy confuso. Para empezar, hay que darse cuenta de que realmente sólo tienes una elección en esta vida, y no se trata de tu carrera, con quien te quieres casar o si quieres buscar a Dios. Las personas tendemos a agobiarnos con tantas opciones.

Pero, al final, puedes tirar todo por la borda y tomar una sola decisión básica: ¿Quieres ser feliz o no quieres ser feliz? Es así de simple. Una vez que hagas esa elección, tu camino por la vida se vuelve totalmente transparente.

La mayoría de las personas no se atreven a darse a sí mismos esa opción porque creen que no está bajo su control.

Alguien podría decir: “Bueno, por supuesto que quiero ser feliz, pero mi mujer me ha dejado.” En otras palabras, quieren ser felices, pero no si su esposa les ha dejado.

Pero esa no era la cuestión.

La pregunta era, simplemente, “¿Quieres ser feliz, o no?” Si sigues preguntándotelo de esta manera, así de simple, verá que en realidad es algo está bajo tu control, sólo que tienes un conjunto de preferencias que se interponen en el camino.

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