Siente lo que sientes

No recuerdo cuando me empecé a interesar por la meditación, pero creo que fue alrededor de los 22 o 23 años. En aquella época solo había leído algunas cosillas acerca del tema, pero no tenía ni idea de lo que realmente significaba.

Meditaba alguna vez en casa, durante 10 o 15 minutos y poco más, no era una actividad que supusiera una parte importante de mi vida, simplemente me producía curiosidad.

Descubrí realmente lo que era meditar cuando tuve que pasar 10 días seguidos meditando en un templo budista y, como ya expliqué en su momento, fue una de las experiencias más increíbles que he vivido.

Desde entonces, he tratado siempre de meditar de forma regular, pero eso es algo que va variando mucho a lo largo de las épocas: hay veces que llego a hacer media hora o una hora de meditación al día y otras en las que a lo mejor medito solo un ratito en toda una semana, en formato de 5, 10 o 15 minutos seguidos.

La verdad es que nunca he vuelto a sentir meditando la intensidad de lo que sentí aquellos días, hace ya 9 años. Esos momentos de pura paz, felicidad y presencia. Ese notar como se abre una puerta, como se retira un velo de enfrente de los ojos y se puede ver la vida tal cual es, sin pensamientos absurdos estorbando. Pero sí algo parecido.

Viéndolo en retrospectiva, puedo decir que aquellos días definieron gran parte de mi forma de ser actual y que han sido como una especie de “guía”, por decirlo de alguna manera.

¿Cómo se puede tener una guía de una vida de la que no sabemos ni qué hacemos aquí ni qué somos, las dos preguntas fundamentales?

Continuar leyendo

Primero vinieron…

«Cuando los gobiernos empezaron a hacer la vida imposible a los no vacunados,

guardé silencio,

porque yo estaba vacunado,

Cuando insistieron en vacunar a los niños,

guardé silencio,

ya que yo no tenía hijos,

Cuando requirieron tener tres dosis para contar como vacunado,

guardé silencio,

ya que yo me había puesto la tercera,

Cuando mandaron ponerse una cada seis meses,

no protesté,

ya que yo me vacunaba regularmente,

Cuando vinieron a llevarse a los no vacunados,

no protesté,

ya que yo tenía lo que se consideraba una pauta completa,

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar».

Basado en el poema de Martin Niemöller (1892-1984), sobre la cobardía de los intelectuales alemanes tras el ascenso de los nazis al poder y la subsiguiente purga de sus objetivos escogidos, grupo tras grupo.

Año 2027 (bis)

Esta mañana me he mirado el último vídeo del canal de Youtube del gobierno y comentaban que se había declarado la tercera pandemia de la década. El título era “La pandemia mas letal ha llegado. ¡PREPÁRATE!“.

Como siempre… intentando transmitir miedo y urgencia. No sé si se dan cuenta de que ya nadie se cree su discurso y que a nadie le interesa tampoco. Solo hay que ver el número de followers del canal: menos de 2 millones. ¡Cualquier Youtuber de barrio famosillo tiene más tirada que ellos!

La verdad es que ver estos últimos años como una institución tan grande se deshace a marchas forzadas y se convierte en una pantomima de sí misma me sigue alucinando.

Es increíble…

Las cosas se precipitaron con el Seipm -la evolución del Covid- allá en 2024. “El segundo gran confinamiento” le llamaban los medios de comunicación.

Un confinamiento que no duró ni tres semanas, lo que tardamos en darnos cuenta de que la reacción de los gobiernos a esa segunda pandemia mundial era, otra vez, completamente exagerada y que nos iba a llevar de nuevo al desastre económico.

Pretendían que todo el mundo utilizase Savelife, una app GPS que se descargó automáticamente en una actualización de software de todos los smartphones y que trataba de imponer un marco temporal de 25 minutos diarios para hacer la compra y tirar la basura. ¿Te lo puedes creer?

Yo creo que ese fue uno de los detonantes.

Continuar leyendo

Año 2027

Buff, no sé ni por dónde empezar.

Es la tercera vez y ésta vez si que empiezo a tener verdadero miedo. ¿Cómo puede ser? Hace dos años, cuando se implementó la PVS (la Permanent Vaccine Subscription), nos aseguraron por activa y por pasiva que ya ningún otro “nuevo virus” podría declararse como pandemia mundial nunca más en el futuro.

Joder, yo pago mi suscripción religiosamente y me vacuno cada 3 meses, ¡como todo el mundo! esto es una mierda. Ahora otra vez encerrados en casa, ¿hasta cuándo? El presidente del gobierno ya ni siquera oculta que puede ser algo semi-permanente, es increíble.

Que tenemos que protegernos y es por nuestro bien, que es hora de volver a hacer sacrificios por nuestra comunidad, blablabla, el cuento de siempre.

Cuando empezó todo con el Covid allá en 2020 parecía que andaban todos los dirigentes perdidísimos, cambiando las reglas cada dos por tres. Aquello fue todo un cacao, no había nadie preparado. Pero no me jodas, cuando apareció el Seipm en 2024 ya no pilló a nadie por sorpresa.

Todo el mundo supo lo que tocaba, enseguida.

Continuar leyendo

Sobre Escribir

Cada vez escribo menos. No es que tenga menos ideas, ya que siempre se puede escribir de cualquier tema, pero sí menos ganas.

De hecho, tan pocas ganas tengo que me algo en mi interior me dice que pare ahora mismo, que no siga. Que cierre esta ventana del navegador y que me ponga a hacer otras cosas. Que deje de perder el tiempo.

Siento que no tengo nada que transmitir, mi mente me dice que no vale la pena, que las palabras escritas no sustituyen a la experiencia real. Será por eso también que últimamente solo me apetece leer novelas y no puedo leer libros que traten de enseñarme algo durante más de 10 minutos seguidos.

¿Podría llamar a esto la escritura apática?

Se siente como una pesadez cercana al corazón, una repulsa. Que voy a contar si, al cabo de dos días, ya nadie se acuerda de eso, ni siquiera yo mismo.

¿Sólo para entretener un ratito?

No creo que el mundo necesite más palabras, sino menos.

Hubo una época, durante varios años, en la que escribía regularmente un diario. No cada día, pero si al menos una vez a la semana o un par de veces al mes. Escribí muchísimas páginas, con todo tipo de vivencias.

Y la verdad es que es una pasada volver a releerlo, aunque no es algo que haga a menudo. Pero las veces que lo he abierto es como si hubiera guardado una parte de mi vida allí. No está en ningún otro sitio. Guardé parte del pasado.

Continuar leyendo