//Este post es la tercera parte de la serie Vivir de Internet (1) y Viajar y Ganar Dinero (2) Te recomiendo leerlos antes para tener una idea del contexto en el que nos movemos. //
Bien, ya estaba en casa otra vez después de haber hecho realidad un viaje en solitario por el mundo, algo que me hacía sentir como un privilegiado.
¡Había hecho realidad un sueño! ¡Mi vida estaba siendo una aventura!
Es como si hubiera cogido mi vida y le hubiera dado un aire de película. ¿Quién no se sentiría bien ante algo así?
Sin embargo, ahora que había vuelto tenía lo que algunos llaman “el síndrome del viajero eterno“.
Me sentía como un extraño en mi propia ciudad, donde siempre había vivido. En los últimos meses había experimentado demasiadas vivencias y emociones fuertes que habían cambiado mi personalidad y mi forma de ver la vida y, por el contrario, en Barcelona todo seguía exactamente igual que como lo dejé.
¿Y ahora qué?
La enorme ilusión de volver a ver a todos los seres queridos se fue desvaneciendo a medida que me encontré con ellos y, al cabo de pocas semanas, solo quedaba en mi interior una profunda nostalgia.
Echaba de menos Malasia. Echaba de menos Tailandia. Echaba de menos Omán. Echaba de menos a tantísimas personas que había conocido en mi camino. Echaba de menos esa incertidumbre que me proporcionaba la aventura. Echaba de menos paisajes, olores, situaciones y vivencias, e incluso echaba de menos todos aquellos días en los que me había sentido realmente mal. ¡Al menos entonces estaba vivo, estaba presente, sintiéndolo todo profundamente! Continuar leyendo