//Este post es la continuación de la primera parte de la serie Vivir de Internet: ¿de Fracaso en Fracaso? Si no lo has leído, te recomiendo que lo hagas antes de continuar para enterarte de qué va la cosa. //
De repente estaba en un país desconocido y con un único plan para los siguientes meses: disfrutar de la vida.
No explicaré aquí todo el viaje, pues eso ya lo hice en el segundo libro que escribí, titulado ‘Sin Billete de Vuelta‘.
Lo que si que haré es comentarlo en el aspecto económico y profesional, que es lo que nos interesa ahora.
…
Quería viajar y ganar dinero a la vez
El primer mes de viaje no tuve tiempo para planear nada. Simplemente iba con el flow y llegaba a parar allí donde la suerte me mandaba, como por ejemplo a una casa de una familia musulmana o a la ciudad de Georgetown.
No despilfarraba el dinero, ya que tenía más bien lo justo, pero tampoco hacía ascos a algunos caprichos, como un móvil nuevo que me compré, aprovechando que allí en Malasia eran más baratos.
Luego, a lo largo del segundo mes, aparte de pasarlo bien en la isla de Langkawi, donde me quedé a vivir y de alucinar continuamente con lo que estaba haciendo, empecé a darle vueltas a la cabeza.
Quería una fuente de ingresos que me permitiese vivir así (viajando) indefinidamente. Era algo demasiado divertido y valía la pena intentarlo.
Así que con Boris, mi compañero alemán de habitación y con Tracy, una chica que venía de Estados Unidos, decidimos montar medio en broma medio en serio el Langkawi’s Entrepreneur Club. Ellos llevaban ya varios meses viviendo en la isla y los dos viajaban con su portátil, tratando de hacer lo mismo que yo.
“Antes la gente viajaba con pistolas, hoy en día viajan con ordenadores.”
Era la frase que nos repetía siempre Zackry, el propietario del hostel donde nos alojábamos, cuando nos veía a los tres trabajando por las noches.
Así que me puse manos a la obra y diseñé una bonita presentación en PDF explicando en inglés y en castellano qué servicios ofrecía -mayormente relacionados con las redes sociales, analytics y el montaje de blogs, que es de lo que sabía- y me dediqué a mandarlo por Internet.
Lo colgué en la comunidad financiera en la que había trabajado antes y también se me ocurrió una idea brillante: buscaría en las páginas amarillas online de Australia webs de pequeños negocios.
Las analizaría y luego les enviaría a los propietarios una propuesta para mejorarlas.
¿Por qué Australia? Pues porque allí el nivel de vida es mucho más alto y, de esta manera, podía poner los precios en dólares australianos. ¡Vender una simple web me daría para vivir todo un mes en Malasia!
Empecé a mandar mails, cientos de ellos.
O todos se fueron a las pertinentes carpetas de SPAM o a nadie le interesó la propuesta. Seguramente fue esto último, combinado con mi cansancio mental al cabo de pocos días.
No me gustaba nada hacer eso y, si tenía que enviar 300 mails para que me respondiera uno, no valía la pena.
No tenía ni idea de buscar clientes.
Así que se me ocurrió otra cosa. En vez de trabajar con el portátil todo el día y perderme el espectacular lugar en el que estaba, sería mejor si trabajaba directamente en algun hotel o empresa de la isla. Podría entonces al menos conocer a lugareños y moverme un poco… seguro que sería más divertido.
Alquilé una moto a Iskandar, que era el propietario de un negocio que estaba al lado del hostel y empecé a recorrerme todo Langkawi.
Pregunté en muchos hoteles y restaurantes durante un par de días.
Algunos se extrañaban de que hiciera eso y, muy amables, me decían que no necesitaban a un extranjero sin permiso de trabajo, que solían coger a gente local primero. Dos de ellos sin embargo me citaron para una entrevista el día siguiente.
Pero no fui.
Porque cuando llegué al hostel Boris, mi compañero de habitación, me dijo de repente que ya me había conseguido un trabajo.
Ahora hago de guía turístico
El caso es que esa misma tarde le había preguntado a Iskandar que si necesitaba a alguien para que trabajase con él y éste le había dicho que sí y que, como ya me conocía y sabía que era de fiar -yo siempre le estaba cogiendo las motos- podía empezar al día siguiente.
Vaya potra. ¡Ese trabajo era mucho mejor que en cualquier hotel!
A lo largo de los siguientes días, Iskandar me enseñó el oficio, que consistía principalmente en alquilar diferentes tipos de motos y coches a los turistas y, de paso, tratar de colarles algún paquete de éstos para dar unas vueltecillas en barco a la isla.
También tenía que llevar los coches al lavadero, las motos al mecánico y hacer de taxista a algunos turistas cuando hiciera falta.
En GoIsland, que así se llamaba la empresa, teníamos unas 30 motos y 5 coches.
Lo pasé genial. Nunca había tenido un trabajo tan entretenido.
Podía conducir los coches a la velocidad que quisiera, ya que allí no sabían ni lo que era un radar y la policía no solía hacer mucho acto de presencia.
Podía hacer cosas divertidas como llevar a una chica guapa al aeropuerto y darle al acelerador mientras adelantaba a otros coches y ella gritaba de miedo a mi lado diciéndome que parase.
Aunque la verdad, dejé de hacer el tonto el día que casi me salgo de la calzada en una curva por ir demasiado rápido. En ese momento me di cuenta de que si llegaba a estampar uno de esos coches tendría que estar trabajando un año entero para poder pagar la reparación.
Solía ir a las 9 de la mañana y me marchaba a las 5 de la tarde a la playa a hacer skimboarding. Trabajaba siempre a comisión: cuantas más motos o coches alquilaba, más dinero recibía. Para vivir en la isla el sueldo no estaba mal, pero no daba para más.
Y así llegó el final del tercer mes. Se me terminaba el visado.
Iskandar era tan majo que no quería dejarme marchar. Le comenté que me tenía que ir a visitar otros países y me dijo que volviera después de mi paso por Tailandia, que me haría socio, me subiría el sueldo y me conseguiría un visado de trabajo para todo un año.
Me dio mucha pena marcharme.
Simplemente sentí que tenía que hacerlo y lo hice.
Durante los dos meses en Tailandia no me preocupé del aspecto económico, suficiente tenía con la experiencia en el monasterio budista haciendo meditación, la visita a Bangkok o mi paso por Tacomepai, la granja orgánica que parecía un paraíso. Iba escribiendo todas esas vivencias en el blog, el cual seguía teniendo un aspecto bastante cutre:
Y así llegué a Omán, con muy poco dinero en mi cuenta bancaria. Lo primero que hice después de asentarme fue traducir al inglés mi Currículum y imprimir bastantes ejemplares. Tenía que conseguir un trabajo si o si, sino me quedaría con una mano delante y otra detrás.
¿Trabajar en un país árabe?
Lo que no sabía es que en ese país hay una cosa a la que llaman “Omanisation” que es algo así como que las empresas compiten por tener los menos extranjeros posibles en sus filas, o que el gobierno ayuda a las empresas con más porcentaje de empleados nacionales, ya ni me acuerdo. El caso es que poca gente buscaba como empleado a un chaval de 24 años extranjero que no hablaba árabe y que no tenía vehículo propio (allí no existe el transporte público).
Yo empezaba a desesperarme.
Hasta que un día, de repente se me ocurrió que si no estaba encontrando trabajo era porque tenía que empezar ya a aprender a crear un negocio propio.
La idea era parecida a la que había tenido en la isla de Langkawi, pero esta vez quería hacerlo bien, nada de tonterías.
No me iba a lanzar así como así, sino que me haría un plan de estudio para aprender por mi cuenta. En este post escribí todo lo que pensaba hacer.
Así que me tomé el asunto con más calma y cada día cuando trabajaba en mi habitación con el portátil dedicaba un ratito a escribir o mejorar el diseño del blog, otro ratito estudiar algo relacionado con el marketing online o la programación y otro ratito a… ¡Sorpresa!… escribir un libro.
Sí… iba a hacer realidad aquello con lo que también había soñado desde hacía mucho tiempo. ¡Iba a ser escritor!
Por fin tenía material para ello: todo un viaje lleno de experiencias interesantes y provechosas.
Se me ocurrió que podría escribir un libro sobre cómo vivir de forma barata en el sudeste asiático, algo que muchas personas desconocían y que era realmente interesante, ya que te permitía hacer un buen parón de tu estresante vida occidental por relativamente poco dinero, además de abrir tu mente conociendo nuevas culturas y lugares de este precioso planeta.
Me puse manos a la obra enseguida, dividiendo los capítulos, escribiendo e informándome sobre cómo demonios se publicaba un libro.
Descubrí que la mejor opción para llegar a las máximas personas posibles era venderlo desde el blog en formato PDF y a su vez ponerlo a la venta también a través gigante online Amazon. La publicación allí es gratuita y lo único que tenía que hacer era seguir todas sus directrices correctamente para que mi libro fuese aceptado en formato .mobi y se pudiese vender en su sección de ebooks.
Lo titulé “Vivir bien con 300€ al mes“.
Fue toda una odisea. ¡Al final resultó que lo más sencillo era escribirlo!
Luego venía lo más complicado: la edición, la corrección, la segunda corrección, la creación de la portada, el prólogo, las acciones de marketing, la decisión del precio de venta y mil detalles más, sin los cuales no tendría un producto completo.
Últimos coletazos del viaje… ¡se me acaba el dinero!
Sabía perfectamente que el libro no me daría el dinero suficiente para sobrevivir mientras estaba de viaje, así que también pregunté a algunos conocidos por si tenían algo de trabajo para mí.
Resultó que Ángel Alegre, un español al que había conocido en Bangkok, tenía una web llamada Comprarebookya.com en la que escribía reviews de lectores electrónicos y me ofreció ocuparme de su contenido ganando a comisión.
Me hacía ilusión, ya que aprendería sobre los sistemas de afiliados en Internet y sobre la plataforma WordPress, pero con eso, lástima… tampoco iba a sobrevivir.
Ya no recuerdo si me quedaban 100 ó 200€ en la cuenta del banco, poco importa la cantidad. Si que recuerdo que con ese dinero no me llegaba ni para comprar el vuelo de vuelta a casa.
En ese momento me rendí a la realidad.
Después de 8 meses, no me quedaba otra que volver. No podía continuar siendo autosuficiente y tampoco podía aceptar que otras personas me pagaran todo, era algo que no me sentaba bien, por muy agradecido que estuviese de ese gesto tan bonito.
Dolía la idea.
Me quedaba un regusto agridulce por no haber conseguido ganarme la vida para seguir viajando indefinidamente, aunque por otra parte no me arrepentía de nada de lo que había hecho durante ese tiempo.
Había sido un viaje acojonante de principio a fin y, si tenía que regresar a mi ciudad, seguramente era porque allí me esperaban nuevos retos para seguir creciendo personalmente. Lo tenía que ver desde esa perspectiva.
Como última chispa de suerte, me contactó de la nada un pequeño empresario de Madrid que me ofrecía 300€ por montar un blog y unas cuantas redes sociales para su empresa y formarle posteriormente acerca de su utilización.
Acepté y gracias a ese dinero pude entrar en las oficinas de la aerolínea Emirates y comprar un billete de avión a Barcelona.
Me había llevado a mí mismo hasta el límite. Así quería vivir siempre.
El viaje de vuelta se me hizo largo y pesado, pero al ver a todos mis hermanos esperándome con una pancarta en la que se leía “¡Bienvenido!” en el aeropuerto una luz volvió a brillar en mi interior.
Y en ese interior no cesaba de preguntarme:
¿Qué coño voy a hacer ahora con mi vida?
//Puedes leer la tercera parte aquí: Tengo una idea de negocio. //
Me ha encantado!!!! No dejes de escribir nunca, eres increíble tu y tus experiencias!!!! Esperando ya el próximo… 🙂
Muchísimas gracias guapa!! Jajaja tu si que eres increíble Gina! 🙂
¡Muy bueno! Algún día, en un par de años yo también daré el gran salto de hacer un gran viaje con mochila y dejarlo todo 🙂 Estas historias son inspiradoras y motivadoras.A ver si consigo ahorrar un poco para poder dejarlo todo y empezar a vivir.
Ahora falta la tercera parte: ¿y qué hiciste entonces con tu vida? 😀
Enhorabuena por el blog. Un abrazo y saludos desde Barcelona 🙂
¡Gracias Midnith! Ojalá puedas hacerlo, es una experiencia que se queda para siempre en el recuerdo. Aún así, es importante prepararlo todo bien para no tener que verte obligado/a a volver enseguida por culpa del dinero.
Jejeje, la tercera parte serán varios post, que también es largo!
Un abrazo 🙂
Hola Pablo!! Te acabo de conocer. He leído unas cuantos post y la entrevista con Antonio G, pero ya he podido percibir que eres un grande. Mis ideales de vida se asemejan muchísimo a los tuyos, sólo que yo estoy prácticamente en el punto inicial. Dejé hace unos meses mi trabajo porque no me llenaba, no sabía muy bien a dónde iba ni qué iba a hacer, pero poco a poco voy aclarándome y descubriendo qué es lo que tiene más sentido para mí. Te seguiré de cerca, y espero que podamos intercambiar opiniones. Suerte amigo!!
Muchas gracias Mario! Bueno, yo después de dar muchas vueltas estoy en el punto inicial también otra vez! jajaja.
Me alegro que te haya gustado el blog. Mucha suerte con tu búsqueda 🙂
Leerte siempre es una buena forma de motivación. Sobretodo en estos momentos en que parece que la vida da una oportunidad para el cambio ;-p
Gracias! A mí lo que me motiva para seguir escribiendo es leer comentarios como el tuyo 🙂
Muy grande Pablo no sabia de esta experiencia y de que conocieras a Angel en Bangkok. De hecho hoy mismo le acabo de comunicar a mi jefa que dejo el trabajo, ya que tenia ambicion por querer seguir progresando personal y laboralmente. Mañana he de tomar una decision por la mañana, estoy de negociacion con dos empresas el mercado de fichajes se cierra en breves. La idea es ahorrar un poquito para lanzar un proyecto y lanzarme a viajar y vivir experiencias al final la vida se basa en eso y es lo que nos llevamos, no queria asentarme en la comodidad. Un saludo crack, si estas por Barcelona a ver si nos vemos.
¡Muchas gracias David! Espero que tu cambio de trabajo te traiga los retos y el crecimiento que buscas, seguro que sí 🙂 Estoy en Barcelona, así que cuando quieras escríbeme un mail y vamos a tomar unas cervezas!
Ya con ganas de leer las siguientes entradas Pablo! Enhorabuena, no por el camino recorrido, sino por todo lo que aún te queda por recorrer, que seguro que tb será bueno…Sé que igual no es algo que te apeteciera mucho y que tiene partidarios y detractores, pero tópicos aparte, sí que conozco gente que viaja o que ha cambiado su residencia a otro país, y es su propio jefe, operando,especulando,invirtiendo,haciendo trading simplemente con un ordenador y , una conexión a internet (después de haber aprendido lo suficiente, claro).
Creo que no hay por qué denostar ninguna idea, y si lo que importa es el fin, y no los medios, operar o invertir es un buen medio para conseguir el fin de ser libre (financiera y vitalmente hablando) y para luego tener todo el día disponible para hacer otras tareas…
Forma parte también de mi proyecto, hacer lo que hago ahora, hacer trading, pero encima desde otro país, en el que se necesite ganar hasta menos y se pueda disfrutar más…
Lo dicho, gracias por compartir tus experiencias (algún día tb terminaré de plasmar las mías en un libro, aunque mientras las siga plasmando en mi web http://www.diezmilhorasdetrading.es)
Saludos, suerte y adelante!
Gonzalo Germán
@gonzalogermj
Gracias Gonzalo! Por supuesto, no digo que invertir no sea una opción adecuada, lo es para muchas personas! Simplemente no iba conmigo, pero podría haber sido mi camino perfectamente para un mismo fin 🙂
Muchas gracias a ti por pasarte y comentar! Un abrazo.
Grande Pablo! Me habia guardado tu post para leerlo con calma y ahora que tenia un rato me lo he leido y, como siempre, me ha hecho pensar en sentarme delante de una hoja de papel y escribir mis nuevos objetivos. Esa es la clave! (y tantas veces me lo digo y casi nunca me siento a escribir) gracias por tus historias! Seguimos en contacto por mail, un abrazo!
Gracias Jose! 🙂 Jajaja, me alegro que leer mi post te haga reflexionar! Un gran abrazo crack!
Me encanta tu historia Pablo!! Super natural 🙂 Resulta que estamos en la misma mi pareja y yo, y sea como sea lo vamos a conseguir ¡ganar dinero mientras viajamos! Por el momento estamos ahorrando en Irlanda y ya tenemos billetes para… OMÁN! He llegado a tu página precisamente por eso… Necesito alguna info sobre este país y me está costando mucho encontrarla. Me podrías ayudar? Antes de nada quiero saber cuanto cuesta el visado entrando por tierra… No aparece por ningún lado! Te lo agradezco de corazón. Un abrazo
Muchas gracias Samanta! 🙂 Me alegro que vayáis a Omán, a pocas personas se les ocurre visitar el país! Pues mira, visado para el país tienes gratuito durante 30 días nada más llegar, así que si os vais a quedar ese tiempo (o menos) es una buena noticia para vosotros, ya que no tenéis que hacer nada, al llegar allí os lo tramitarán todo. Si después queréis quedaros más tiempo en el mismo aeropuerto os pueden ampliar el visado por unos 40€ para otro mes más. Otro abrazo para vosotros!
El momento de la aceptación de que debías volver.
He vivido la aceptación del fracaso varias veces, y siempre ha sido un momento muy especial, muy alejado de todo, en el que te comunicas más de frente con tu yo interno, cara a cara, casi como si fuera otra persona.
Es duro, pero es importante.
Sigue escribiendo, yo seguiré leyendo seguro 😉
Jejeje, que bueno tenerte por aquí de lector! 🙂
Sí, el volver fue duro pero aprendí un huevo… luego viviría otra aceptación del fracaso al año siguiente, intentando emprender, a ver si pronto me animo y la escribo!
Un abrazo Romu!
Me encanta tu ideal de vida, yo mismo lo comparto. Está claro que para poder vivir de esta manera es mejor tener un plan para que sea sostenible que lanzarse al vacío pero la experiencia de haberlo hecho te da un conocimiento que tendrás siempre contigo. Enhorabuena
Está claro, nunca me arrepentiré de haber hecho algo así casi sin dinero, aprendí más cosas que nunca! Pero para la próxima vez, con un plan financiero a las espaldas para alargar aún más el viaje, jajaja.
jajajaja totalmente de acuerdo! Me encanta tu manera de enfocar la vida, coincido en muchas cosas 😀
Hola Pablo!
Hace un tiempo te descubrí mientras surfeaba un poco durante una clase de marketing digital (a veces en las clases puedes aprender de verdad jajajaja), y llegué a tu blog.
No es el mundo del marketing, el SEO, el comercio online ni nada de eso lo que me ha llamado de ti (no digo que no seas bueno en eso, pero en mi momento “vital” yo quería beber otra cosa). Fue tu experiencia viajera lo que me identificó contigo.
He adquirido el libro de Vivir bien con 300 € al mes (y he donado un poquito) para regalárselo a una amiga especial, porque ambos compartimos el espíritu aventurero y algún día, queremos hacer un viaje así o parecido. Sirva de punto de partida tu libro 😉
En Febrero viajo a Marrakech, aunque solo por unos días (estudio, trabajo los domingos…no puedo dejarlo ahora todo jaja), y he abierto un blog para relatar la experiencia de este viaje y los futuros.
No quiero hacer publi, te pongo el enlace porque veo que te sueles interesar por la gente que te comenta, y a lo mejor te apetece bucear en mis viajes como a mi en los tuyos.
http://recetandoviajar.blogspot.com.es/
(si te molesta, por favor siéntete libre de suprimir el enlace).
Un saludo y te comentaré que tal el libro cuando lo leamos!
Hola Eduardo!
Encantado de que pongas el enlace de su blog, claro que si! 🙂 Me alegra muchísimo que hayas adquirido el libro y lo compartas con otras personas, mil gracias, espero de verdad que os guste!
Aunque ahora esté con todo el tema empresarial y marketing online mi corazón sigue en los viajes por el mundo; tengo planes para viajar largas temporadas más adelante! Iré en la medida de lo posible siguiendo tu blog.
Un gran abrazo y gracias por pasar!
Hola Pablo!
El libro fue un gran regalo, a mi amiga le encantó 🙂
Yo ya me lo he leído (del tirón) y las ganas de hacer un viaje de esas características han aumentado. Aunque habrá que esperar al año que viene, cuando tenga ahorrado. De momento me conformaré con el viaje a Marrakech de la semana que viene.
Un saludo y un abrazo!
Me alegra mucho oírlo Eduardo!
Todo a su momento, paciencia y ya llegará! 🙂
Un abrazo,