“No sé porque vuelvo aquí. Estoy frustrado, muy frustrado.
Me encantaría escribir lo que siento en el fondo de mi ser, para así poder curarlo, quizá. Para no sentirlo más. Para que las cosas cambien de una vez. Todo sigue igual, todo. Todo, todo, todo.
Nada ha cambiado, he intentado conseguir cosas, tener objetivos, irme a otra ciudad a vivir. Pero sigo estando conmigo mismo, con este cuerpo, con esta mente, con este alma o lo que sea que es, conmigo mismo, evolucionando, sin evolucionar. Roto, destrozado, renacido, muerto, en el no tiempo, con tiempo.
No sé que es, estoy sintiendo. Estoy vivo, o no. No lo sé ni quiero saber ya. Me gustaría morir y que toda esta función acabase. Fundirme con el cosmos, el universo, la paz. ¿Por qué he venido a vivir como ser humano? ¿Qué jodida broma es ésta?
Estoy harto de cuidarme, de evolucionar, de estar pendiente de todo, de tener que comer y dormir y amar y trabajar. En realidad es todo miedo, está todo podrido, somos todos zombis dándose importancia. En realidad no hay nada de eso, no pasa nada, no somos nada.
Quiero y no quiero hacer cosas, estoy lleno de contradicciones y me cansan estas contradicciones. Estoy harto del futuro, de buscar cosas en el más allá, quiero vivir en el presente y sin pensar en nada, como una planta. Quiero ser un cactus en un desierto, calentito, silencioso y abandonado, sin nada más que el sol y la noche, un día tras otro y nada más.
Luego morir en paz y dar mi ser al resto de la creación, a los que vienen detrás mío, formar parte de ellos sin tener esta conciencia individual que me mata de sufrimiento. Estoy cansando de competir, cansado de luchar, cansado de conseguir y de tratar de conseguir, cansado de buscar, cansado de querer cosas, cansado de moverme y cansado de vivir. Cansado de pensar. Y aún así doy gracias por esta vida y por estar vivo. Y no quiero morir.
Como siempre… lleno de contradicciones.”
Espérate…
Acabo de escribir estos párrafos como parte de mi terapia personal, de dejar fluir mis dedos sobre el teclado. No pensaba publicarlo, sino dejarlo en el apartado de borradores del blog eternamente, como tantos otros.
Desde que han acabado las comillas (“) he empezado a volver a escribir racionalmente, con cuidado, como dictan los cánones.
Quizá tu hayas empezado a leer y hayas pensado: ‘Éste ya se ha vuelto loco. Lo que nos faltaba. Otro más…‘
Y tengo que reconocer que lo parece, así visto desde fuera.
Parece como que esté muy mal. Deprimido, destrozado e incluso podríamos decir con tendencias suicidas, según la frase que aísles de entre los párrafos.
Sin embargo no es así.
Según mi baremo estoy mejor que nunca.
Estoy vivo, ilusionado con todo y viviendo experiencias intensas y curiosas. Unas se sienten mejor y otras peor, pero todo se siente y es genial.
Tengo una familia y amigos espectaculares, muchos proyectos profesionales que me ilusionan y que poco a poco cada vez dan más dinero, estoy yendo a yoga y a correr cada semana y hago meditación y terapia para sentirme aún mejor.
Y sin embargo, sí… hay días o momentos como hoy en los que, si me paro a sentirme de verdad y con calma, en mi interior puedo llegar a experimentar unas sensaciones, sentimientos y pensamientos como las que he escrito aquí arriba.
Y no pasa nada por ello.
No me estoy volviendo loco.
No tienes que preocuparte por mí. No tengo que preocuparme por mí.
Es parte de la vida, es parte del camino hacia mi interior, hacia esa parte oscura llena de desesperanza, dudas y miedos existenciales.
La parte que tenemos todos dentro pero muy pocos quieren pararse a mirar. La que, en cuanto la empiezas a conocer, te proporciona el poder de ser un poco más comprensivo, menos racional, menos mental… y más presente.
Pero es normal… suele ser más sencillo correr de un lado a otro, hacer cosas sin parar, tener planes y creencias y no sentir demasiado.
Yo hoy te invito a que sientas esa parte oscura tuya y que incluso le des la bienvenida. Sí, tu también la tienes por ahí escondida, en las mazmorras de tu ser. Te invito a que no pienses que eso son pensamientos ‘malos’ que no deberías tener, sino que los dejes estar en tu cabeza, ahí donde ahora viven reprimidos.
Déjalos correr un ratito, sin juzgarlos.
Primero, al sentirse libres te darán un poco la vara, eso seguro. Te asustarán. Quizá te hagan sentir dolor en el pecho. O quizás creerás que estás loco/a o que eres una mala persona.
Saben hacer ver que son muy poderosos.
Siéntate en silencio y siéntelo, llora si hace falta. O siéntete indiferente, lo que quieras.
Al cabo de un rato se cansarán de fastidiarte y volverán por donde han venido, pero esta vez se sentirán diferente. Estarán en su celda otra vez, pero ya no reprimidos. No te estarán gritando todo el rato, no sentirás tanta tensión en tu cuerpo.
Verás que bien se siente luego. Es un alivio.
Hoy es un bonito sábado de Octubre y es todo muy curioso.
Gracias por estar aquí.
Tenía ganas de volver a escribir y me hace ilusión que puedas leerme. No sé exactamente por qué, pero es así.
Me gusta poder escribir lo que me da la gana en cada momento y por lo que veo poco a poco lo estoy consiguiendo.
🙂
Me encanta leerte Pablo. Entiendo cada palabra que has escrito.
Hay días de mazmorras, y días de luz, hay crisis que duran años y otras que se resuelven un sábado por la tarde en un ratito, aunque suelen volver.
A medida que aumentamos la consciencia, aumentamos también la visión de la oscuridad que hay en nosotros y asusta muchas veces, es como una soledad profunda e inconsolable..
Y luego vienen los días luminosos, las risas, las gracias a la vida … y otra vez a empezar…
Y volver a leerte..
Abrazo enorme ❤️
Y otra vez a empezar… jajaja ¡así es! Como especie, aún estamos aprendiendo a ser humanos.
Que ilusión volver a tenerte aquí Cáliz, como siempre. Para mí, que escribo, es una pasada tenerte de lectora. Mil gracias.
Otro abrazo grande para ti ❤️
Me ha encantado lo has escrito Pablo. Simplemente genial. Muy de acuerdo con tus palabras.
¡Muchísimas gracias Mireia! Gracias por tomarte el tiempo de comentar ?
pues imaginate si a parte de esto, la zorra de la que crees que e es tu novia, te deja tirado en el hospital horas antes de una operacion de colon y te pide expresamente que le devuelvas las llaves de su casa!!! INCREIBLE, a quien se esta llevando a follarse y no queria que yo algun dia apareciera por ahi y viera un espectaculo.. hay q tener cojones, ser una mala tia, para hacer esto. Buen sabado a todos
Vaya, tu sábado es más intenso que el de la mayoría, J! Espero que al menos la operación de colon fuera bien. Un abrazo! 🙂
Grande Pabloooo! Me he identificado totalmente! Es el duro precio de ser un emprendedor con la cabecita loca pensando en mil cosas a la vez no?
Me ha gustado leer mucho este artículo! Tenemos que volver a coger la rutina del día 15! 😀
Jajajaja ¡ese Mario! Si tio, que desde que volví a Barcelona ando un poco estresado, este próximo dia 15 seguro eeh 😉 ¡Un abrazote!
Wow! (…)
Me alegra reencontrarme en este espacio con Cáliz y contigo.
Se me da fatal resumir y me lo has puesto difícil Pablo… Bueno, he recorrido el mismo camino que vosotros pero el que sigo, aunque no es fácil ni está exento de dificultades, me lleva a un destino por el que todo tiene sentido, en el que las heridas se curan mirando la Cruz y en el que el espacio que no ocupa el amor lo ocupa el miedo, así que en mi lucha por ser coherente, no le dejo espacio a este último.
Los momentos de desesperanza, inquietud, miedo, soledad, duda,… siguen ladrando pero se que es el mismo perro con distinto collar… a veces me engaña y me hace sentir el “poder” de alguien que rescata a un pobre cachorro… nos conocemos bien pero no puedo malgastar con él mi tiempo.
Os quiero. Un fuerte abrazo,
¡Que ilusión que estés tu aquí también Pilar!… 🙂 Es el camino que al final acabamos recorriendo todos. ¡Nosotros también te queremos!
Hasta en los peores momentos, los que nos sentimos más estancados, más desmotivados,… SIEMPRE estamos en constante evolución. La vida y la naturaleza nunca dejan de fluir, y con ella nosotros fluimos, avanzamos, evolucionanos 😉 besitos Pablo a ver si nos vemos!
¡Te escribo ahora Sara! 😛
Hola Pablo,
Justo ayer conversaba con alguien muy cercana sobre algunos de los temas que tratas en este post.
Gracias de todo corazón por tanta honestidad, por atreverte a mostrarte, por tu generosidad al compartirlo…
Me alegra que hayas vuelto a escribir, más aún leer que te sientes mejor que nunca.
Al otro lado, alguien que resuena mucho con tus palabras.
Gracias en mayúsculas!
Ali
¡Muchas gracias a ti por tu comentario Alicia!
A mí me encanta poder escribir desde lo más profundo, así las palabras se escriben casi solas… si fuera por mí estaría todo el día escribiendo cosas de estas, jajaja. Quizá un poco extrañas, pero es mi forma de arte.
¡Un abrazo! 🙂
Si así lo sientes, seguro que es el camino!!
Adelante, Pablo!
Que pedazo de escrito te ha salido, eso es conectar con tu mundo interior y lo demás es tontería.
Me ha encantado leerte y ver que todavía sigues dando mucha guerra y haciendo pensar.
Un saludo fuerte.
¡Jajajaja muchas gracias Luismi! Al final escribir es una cosa que me encanta y no puedo dejarlo para siempre… así que por aquí seguiré 😉
Un abrazo.
Buenas Pablo,
¡Muy buen artículo! Lo he leído varias veces para sacarle más el partido. Al menos es mucho más profundo y reflexivo que los que hago sobre Ethereum.
Me identifico mucho con lo que dices, con esas contradicciones, con ese sentirme que un día arraso y al siguiente estoy pañuelo en mano destilando sentimientos de ese “lado oscuro”, de esos pensamientos reprimidos que comentas ahí arriba.
Es un jodido misterio, y a la vez, una tremenda suerte el mero hecho de sentir…y en esas estamos, y en esas estoy. En sentir, bueno…en pararme a sentir. Será la crisis de los 30? Será un futuro incierto? Quizá un pasado de expectativas rotas? Todo lo anterior junto? Nada de eso? No lo se… no se lo que es, solo se lo que siento al respecto. Y a falta de respuestas, me paro a sentir…y ya irán llegando.
Un fuerte abrazo crack!
Firmado: Carlos, tu criptocompi 😉
¡Grande Carlos! jajaja, tus artículos sobre Ethereum son la hostia y se posicionan de lujo, solo hay que ver el último 😉
Como bien dices, es todo un misterio… y lo mejor que podemos hacer ahora es simplemente pararnos a sentir sin juzgarnos demasiado 🙂
¡Un abrazo enorme jefe!
Querido Pablo, ¡me ha encantado tu escrito!
En un mundo cada vez más de apariencias, lleno de pretendidos superhombres, está bien reconocer la propia fragilidad, la propia limitación. Y no solo reconocerla, sino aceptarla como algo normal.
Ser hombre de verdad pasa por no tener miedo de bajar a esas mazmorras. Y dejar que pase la luz, que corra el aire. Y atreverse a sentir, a no juzgar y a no tener miedo a esos pensamientos a los que nosotros mismos dotamos de poder, o no.
Sin duda, estás muy vivo. A ver si pronto nos vemos 🙂
Un fuerte abrazo
¡Que ilusión tenerte aquí Jorge! 🙂
Suscribo lo que dices en tu comentario. Y es cierto, a ver si nos vemos pronto que me tienes que contar qué tal va Prestigia 2.0 y qué tal estás tu.
Un grandísimo abrazo,
Escribe más a menudo Pablo. Y si es material de borrador todavía mejor. Quisiera comentar en base a tres inputs de información recientes:
1.Este lo descubrí recientemente en una formación para coaches o como se les llame. Resulta que por primera vez en la historia de la humanidad, la velocidad a la que se dan los cambios en la vida del ser humano supera la de su capacidad de adaptación. (Acompañaba la diapositiva el conejo de Alicia, que llega tarde a todas partes). Me gustaría saber en que se basa esta afirmación, pero no obstante estoy de acuerdo que este ritmo de adaptarse sin saber donde está la certidumbre no lo aguanta cualquiera. Ayer se llevaba el rojo, hoy el lila, y mañana quién sabe? Lo peor, tienes que hacer tu apuesta, te guste o no apostar. ¿Por qué? Porque cada segundo que pasa suma en el contador de la vida y se convierte en factura a pagar sea cómo sea que decidas vivir. Declararse insolvente se traduce en fin de la partida.
2.Este lo leía recientemente en un artículo de la Vanguardia.
Cuenta una anécdota que un periodista acudió un día a su jefe para solicitar la baja: “Estoy enfermo. Siento que me estoy volviendo loco”. Su jefe le miró con hastío. “El problema no es que te estés volviendo loco. El problema es que te crees que eres el único en esta redacción. Y eso sí que no hay quien lo aguante”.
Sin entrar en detalle sobre los síntomas de locura, creo que todos en cierta manera la padecemos. Unos convencidos de una realidad ilusoriamente suficiente y otros de otra insuficiente.
Si alguna realidad está clara para mi es que la tecnología va a acabar ocupando en mayor brevedad de lo que creemos gran parte de nuestros trabajos, por lo que lo más sensato sería optar por la segunda tipología de locura.
3.Este otro lo rescaté esta mañana recortes que suelo guardar, éste en concreto de la revista Yorokobu.
Resulta que unos creativos hartos del fenómeno Mr. Wonderful, han lanzado su propia marca ( Mr.Puterful) alegando la necesidad de romper con la plaga de sloganes de positivismo ilusorio que plasmado en taza o enser igualmente inútil, inunda cualquier oficina haciéndonos creer que lo malo no existe. Parece que todo puede ocultarse tras lo que brilla, sea Instagram o tu nuevo par de zapatos de charol.
(Pequeño repunte para aquellos que ya se han dado cuenta de que no, existen a día de hoy las hater citas donde uno puede soltar lo que le venga en gana y desahogarse un poco, que de vez en cuando no viene mal. Me pregunto como será que terminan..)
Finalmente, me viene a la cabeza una pregunta: buscamos realmente un estado de felicidad o nos bastaría con un poquito de serenidad sin la constante necesidad de salvar el culo?
Comparto contigo Pablo pues , el entusiasmo que siento muchas veces por seguir y echar toda la carne en el asador para que las cosas salgan hacia delante, para sentirme verdaderamente viva, aún sintiendo que esta vida parece un tablero del parchís, con ganas e ilusión y con ganas de querer creer, que si uno cambia todo cambia. Otras, por lo contrario desearía que al estilo Huxley repartiesen píldoras desactivadoras del perpetuo modo supervivencia al que por momentos parecemos estar condenados. Que pudiésemos darnos de baja del “sistema”, ni que fuese por un breve instante.
Jajaja, ¡muchas gracias Paola! Que ilusión volver a saber de ti.
Tu comentario me ha dado para investigar un ratillo, jajaja, es genial.
Y sobre la pregunta que te haces a ti misma, me parece que llega un punto (al menos a mí me llega, no sé si me estoy haciendo mayor o qué) en que ya dejas de buscar tanto esa felicidad absurda que solo es una parte del todo y te centras más en buscar esa paz interna que es la base de lo demás, y que engloba tanto la felicidad como el sufrimiento consciente.
Un besito y espero que nos veamos pronto!