¡Quédate en casa!

Tengo miedo al ver cómo se han limitado mis libertades de movimiento de una manera tan rápida y efectiva.

Tengo miedo al ver como ha sido tan sencillo implementar tantísimo miedo en la sociedad, ahora que he visto hasta qué punto la mayoría de personas hacen caso a una “autoridad” de forma ciega.

Tengo miedo de llevar mascarilla, porque sé que las veces que me he visto obligado a llevarla, he sentido como no estoy oxigenando bien mi cuerpo.

Tengo miedo al ver cómo rápidamente se han aprobado leyes que sientan una base para el control de la población mediante la tecnología.

Tengo miedo a que el estado, de alguna manera, me pueda llegar a obligar un día a ponerme una vacuna que yo no he pedido.

Tengo miedo a que, al haberlo normalizado, el gobierno pueda volver a confinar a las personas en cualquier momento y con cualquier nueva excusa.

Tengo miedo -y asco- a la frase “nueva normalidad“.

Tengo miedo a que tantas personas estén sufriendo por no poder trabajar o ganar dinero suficiente.

Tengo miedo a que haya personas que increpen a otras por no cumplir las nuevas “normativas” u “obligaciones”.

Tengo miedo de que el “distanciamiento social” haya hecho que personas tengan miedo de su propia humanidad, de hablarse cara a cara, darse la mano, besarse o abrazarse.

Tengo miedo al ver cómo muchas personas están siendo censuradas en grandes ‘hubs’ de Internet, como pueden ser Youtube, Google o Facebook por simplemente dar su opinión.

Para mí, la libertad -en todas sus variantes, ya sea física, mental, de expresión…- es, probablemente, la base de todo el resto de mi vida. La piedra angular, en lo que se sostiene todo lo demás.

Sin libertad para equivocarme, no puedo aprender.

Sin aprendizaje, no puedo adaptarme, evolucionar como ser humano.

Sin evolución hay muerte, ya sea física o emocional.

Así que, probablemente, todos estos miedos se reducen a uno: tengo miedo a morir.

Últimamente estoy cansado de tener que aguantar que otras personas -a las que ni siquiera conozco- intenten imponerme sus miedos para que los tome como propios (ya tengo suficiente con mi lista, como puedes ver).

No tengo miedo a contagiarme.

No tengo miedo a contagiar a otros.

Si eso llega a ocurrir, ese será mi presente y lidiaré con él lo mejor que sepa en ese momento.

Es sencillo: si tienes miedo, ¡quédate en casa!

Pero deja a las otras personas que elijan y hagan uso de su libertad.

Gracias.

4 Comments

  1. Pues verdaderamente. Yo soy de los que “me jode” -bueno, más bien “me jodía”- tomar precauciones yo y que los demás no lo hicieran. Pero son cosas que no dependen de mi. Lo que si depende de mi es sentirme en esa libertad para hacer lo que está en mi mano: o quedarme en casa o mentalizarme del panorama y sonreír.

    ¡Buena reflexión crack!

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  2. Yo, yo, yo… yoísmo. La práctica totalidad de los párrafos de tu artículo llevan implícito el pronombre de primera persona. ¿Y dónde está el tú, el él o ella, el vosotros, el ellos? ¿Dónde está la empatía, la consideración, el respeto hacia los demás? ¿No nos hemos dado cuenta todavía de que cada uno NO vivimos en una isla desierta, en nuestro propio mundo, en una burbuja? ¿No hemos aceptado aún que nuestra libertad acaba donde empieza nuestra responsabilidad y el respeto a las libertades y derechos de los demás? Me parece muy bien que no tengas miedo a contagiarte y que no tomes ninguna precaución ante ello. Esa es tu elección personal. Pero, me parece mal que no tengas miedo, o al menos prevención, a contagiar a otros, porque eso denota egoísmo y falta de consideración a los demás.
    YO también estoy harto de la mascarilla, el confinamiento, el distanciamiento, las restricciones, etc. YO también puedo apuntarme a la moda de la conspiranoia, la rebelión contra un supuesto recorte de libertades, la crítica de la efectividad o bondad de las medidas… Pero hay UNA sola razón por la que cumplo las normas, aunque no me gusten: el RESPETO que les debo al resto de las personas que sí las cumplen con el ánimo de evitar contagios, muertes y el colapso de los servicios sanitarios.

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    • Gracias Oscar por tu comentario, al final lo que escribo aquí en el blog es tanto para poner algunos pensamientos en orden como para poder -como en este caso- ver la visión opuesta del asunto mediante la opinión de otras personas.

      Hace dos meses que escribí este artículo y, la verdad, mi visión en algunos de los aspectos que se comentan ha cambiado (por ejemplo, ya no tengo miedo de llevar mascarilla de vez en cuando o de que haya otro nuevo confinamiento, al fin y al cabo hemos pasado ya uno).

      Acerca de escribir sobre el “yo”, suele ser mi estilo de escritura: escribo sobre lo único de lo que sé bien, es decir, mi propia experiencia y lo que estoy sintiendo o pensando. Eso no significa que sea egoísta, esto es solo un artículo, una pequeña parte de mi pensamiento acerca de un tema en concreto de los millones que existen.

      Por otro lado, por supuesto tuve miedo a contagiar a otros, sobretodo a mis seres queridos. Raro sería si no lo tuviese. Pero sería muy ingenuo por mi parte pensar que puedo prevenir eso por completo.

      De hecho sí, podría, pero quedándome en casa sin salir, ver a nadie, ni tocar nada. Entiendo que haya personas que puedan llegar a ese extremo, ya que el miedo muchas veces se siente más fuerte que uno mismo, pero ahora mismo no es mi caso.

      Sobre la “moda de la conspiranoia y supuesto recorte de libertades”, creo que ha quedado bastante claro ya que el impacto en la economía (parte esencial de nuestra libertad) va a afectar muchísimo más que el posible daño que haya llegado a hacer el virus. Y no en el aspecto puramente monetario, sino también en muertes y calidad de vida.

      Sobre el respeto hacia los demás, ¿bajo qué baremo? Es decir, si el gobierno nos obligara a confinarnos en casa para el resto de nuestras vidas por evitar accidentes de tráfico y atropellos, bajaría la mortalidad en carretera aproximadamente un 99%, ¿Justificaría esa medida, ese miedo futuro, el que tu no te pudieras mover de casa? Sé que es un supuesto exagerado, pero el principio es el mismo.

      Un saludo,

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